Suturas

A propósito de la Muestra “Suturas”
Galería La Ventana, Caracas, del 18 de mayo al 29 de junio 2014.

La sintaxis visual de Isabela Muci

Para quienes acostumbramos visitar galerías de arte y los museos, nada resulta más grato y más raro que la sorpresa de encontrar una exposición de obras que nos conmueva cabalmente, que de inmediato nos hagan sentir en sintonía plena con ellas, en concordancia con los que nos plantean, compenetrados con la sensibilidad y el espíritu que las anima. Este es el caso de la exposición de pinturas de Isabela Muci.

No creo que sean obras que pretendan revolucionar las concepciones actuales del arte, ni llamar la atención con el recurso de aparatosas y escandalosas estridencias, de esa espectacularidad que se ha vuelto tan común en el arte de nuestros días. Por el contrario, las pinturas de Isabela Muci son más bien parcas y sobrias, casi discretas. Pero la unidad de su lenguaje, la identidad de su estilo, la coherencia, la consistencia, la densidad de sus obras, nos manifiestan que se trata de una experiencia artística totalmente resuelta. Estas pinturas nos hablan con una elocuencia, una naturalidad y una espontaneidad tan verdaderas y tan lógicas como las de los sueños. Aunque ni estas pinturas ni los sueños son verdaderos ni lógicos. Ambas permanecen en el mundo de lo imaginario y de lo onírico, que es más creíble y conmovedor que cualquier realismo.

Las palabras o las frases visuales, o más bien los sentimientos visuales que conforman el discurso expresivo de Isabela Muci, son como fragmentos de representaciones dislocadas, fragmentos de cuerpos desnudos, de actos sexuales, de flores en capullo, que se van recomponiendo, tejiendo, a la manera de un rompecabezas (un puzzle). Esta re-representación virtual se dispara en operaciones mentales de reconstrucción, de reintegración de imágenes que la memoria reconoce como representaciones de experiencias posibles, vividas o imaginadas.

Al mismo tiempo, las mismas operaciones mentales determinan que la simultaneidad dispersa de las fracciones desate, con una eficacia operativa excelente y muy grata, un juego exitante de efectos contrapuestos de conjunciones y disyunciones, de unión y dispersión, de concordancia y discordancia, de orden y desorden, de tensión y distensión. Es la contracara dialéctica de las cosas de Hegel. El redescubrimeinto del principio medieval de la “concordantia oppositorum” de la unidad de los contrarios, que se nos fue olvidando bajo los efectos desgraciados (desgraciantes) y desuhamnizantes de la ideología Tecnologista de la Modernidad.

Ese juego peculiar del entretejido iconográfico (tejido significa texto “textum”, y el contexto es el medio histórico en que se produce) de las representaciones de Isabela Muci, constituye un procedimiento (una técnica) eficaz para construir significaciones muy elocuentes y, sobre todo, muy sugestivas.

Además de sus virtudes artísticas, estas pinturas ofrecen posibilidades modélicas y ejemplarizantes, como tipo de lenguaje plástico alterable. Mientras las contemplaba recordé una pintura de una artista norteamericana, de California, de cuyo nombre no puedo acordarme. Representaba un poste de alumbrado
público con varios listones paralelos llenos de cables con muchos pájaros que hacían el amor intensamente. Sentí que la energía eléctrica al lado de la energía libidinal de los pájaros resultaba abismal. Con esas inesperadas analogías las cosas más comunes pueden volverse explosivas.

Habría mucho que decir sobre estas pinturas de Isabela Muci, pero ya no queda espacio para hacerlo. Entre sus aciertos merece destacarse el uso de la sintaxis visual, el fragmentar y deconstruir no sólo los elementos formales y linguísticos sino sobre todo los analógicos y los asociativos, que dan pie a las interpretaciones simbólicas. Más que analítico y lo mesurado, importa el genio y la sensibilidad.

Cuando se produce la relación de empatía, como ocurre en este caso, uno se identifica con la interioridad de la obra y alcanza a sentir hasta el impulso que llevó a su realización.

Perán Ermini
Caracas, 8 de junio de 2014.

(Texto leído y comentado por él mismo, en el conversatorio en torno a Suturas que tuvo lugar en La Galería La Ventana; moderado por su director Carlos Alzuru).